Días del 5 al 7

«Cada nuevo amigo que ganamos en la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre que por lo que de él mismo nos da» – Miguel de Unamuno

JavaScript for kids está realmente escrito para niños, no es sólo un título que nos puede llevar a pensar «seguro que lo que quería decir era : javascript for dummies«. Y eso es precisamente lo que me tiene enganchada, por varios motivos:

  1. A los niños se les habla habitualmente con un lenguaje sencillo y directo, sin florituras.
  2. Constantemente se les da ejemplos y mini-juegos para que entiendan mejor un concepto y puedan hacer una conexión fácil entre el juego y el concepto cuando tengan dificultades para recordar el concepto.
  3. Si  Nick Morgan, autor del libro, piensa que JavaScript es tan sencillo que, si bien explicado, hasta un niño puede aprenderlo…¿por qué no iba a ser capaz yo de aprenderlo? 

En el fondo me sigo sintiendo como una niña en muchos aspectos. Eso, o soy una adulta que se siente un poco lerda cada vez que no entiende alguna explicación sobre los lenguajes de programación. Perdonadme pero voy a elegir la primera opción. Y, como niña que me siento, me descubro cada día entusiasmada cada vez que vuelvo del cole (=trabajo) y me siento delante del ordenador a estudiar y posteriormente a escribir.

Confieso que las primeras semanas que empecé a estudiar, en noviembre del año pasado, no conseguía ser todo lo que constante que pretendía. Siempre tenía alguien con quien quedar o alguien a quien llamar. Poco después me di cuenta de que, si quería que mi plan de estudio llegase a alguna parte, debía compromerme completamente con él. Y así lo hice. Eso conllevó (y sigue conllevando) que prácticamente sólo vea a mis amigos del trabajo y únicamente a la hora de comer. A mis amigos externos al trabajo a penas los veo en comparación con hace unos meses.

Sí, he reducido mi vida social drásticamente, y no, por ahora no me pesa. Es más, las pocas veces que veo a mis amigos aprecio mucho más los momentos con ellos y les saco un jugo que antes no le sacaba. Ahora ya no me tomo únicamente unas cervezas con ellos. Cuando los veo, a parte de las cervezas, vuelvo a casa con la sensación de haber aprendido algo nuevo.

Por encima de todo, no me pesa porque mi situación es pasajera. No voy a estar eternamente trabajando de 8 a 5, estudiando de 6 a 8, cenando de 8 a 9, estudiando de 9 a 11 y durmiendo el resto de horas, porque me volvería loca y porque me entraría complejo de oso en plena hibernación. De hecho, con el frío que hace en el país donde vivo, mi chico y yo siempre bromeamos cuando llega el fin de semana, porque es nuestro momento de hibernación. Y es que durante el fin de semana es cuando más partido le saco al estudio. Cada domingo por la noche, cuando he cogido buen ritmo de estudio, me lamento por no haber empezado a estudiar antes en mi vida, por ejemplo cuando estaba en paro. Pero tampoco me lamento demasiado, porque más vale tarde que nunca

 

Alimentando sueños

Como actualmente a penas tengo vida social (suena triste, pero por el momento me la repampinfla), he tenido que volverme muy selectiva a la hora de quedar con mis amigos. Ahora el estudio es una excusa y una verdad que me impide quedar con ellos, aunque mi actual situación me ha hecho discernir perfectamente cuándo lo utilizo como verdad y cuándo como excusa. Supongo que eso dice mucho de a quiénes considero en el fondo mis verdaderos amigos. Esos a los que me duele decirles que esta semana no nos veremos, y puede que tampoco a la siguiente.

Por suerte, a mis amigos del trabajo los veo todos los días. Con dos de ellos tengo la suficiente confianza para contarles mi proyecto de vida y el seguimiento que llevo de él en este blog. También ellos dos, casualmente, quieren empezar un blog, aunque sobre temáticas totalmente distintas a la mía. Entre los tres compartimos aspiraciones y aunamos fuerzas. Y, aunque mis salidas se hayan visto reducidas a lo mínimo y en ocasiones olvide a cuánto está el cubata, nunca me he sentido más arropada. Y entre ese reducido número de personas que cada día me empujan a seguir, está mi chico, siempre alimentando mis sueños, que ya son de los dos. 

Si crees que este post puede serle útil a alguien, por favor, ¡compártelo!:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Esta web utiliza cookies para asegurar que se da la mejor experiencia al usuario. Si continúas utilizando este sitio se asume que estás de acuerdo. más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar