Días del 387 al 408

Mini crisis existenciales y cómo solucionarlas

Al habla Ro, a punto de irse de vacaciones. Son unas vacaciones especiales, o quizás soy yo, que le saco punta a todo. Repetimos sitio, nos vamos a la misma isla donde fuimos justo hace dos años. Abril 2017, recuerdo perfectamente esa época, porque fue cuando empezó mi mini crisis existencial.

Yo no lloro nunca, al menos, no por las cosas importantes. Es decir, lloro como un bebé con las películas y series dramáticas, pero luego me seco las lágrimas y sigo con mi vida, tan feliz. Así, las únicas veces que lloro de verdad es cuando me siento profundamente triste, y esos momentos los tengo grabados a fuego: una ruptura amorosa, una pelea muy fuerte con mis padres, una enfermedad grave de un familiar… y los meses que fueron desde principios de 2017 hasta finales de ese año.

Estaba tan triste y perdida que raro era el día que no lloraba. Mi novio no sabía cómo consolarme, el pobrecillo. Al menos me entendía, porque yo le contagié la crisis, o él a mí, no lo sé muy bien.

Pero no sólo lloraba. Todas las tardes después del trabajo me sentaba delante del ordenador y buscaba información como una loca que me ayudara a averiguar qué me pasaba y cómo solucionarlo. Contrastaba la información que encontraba con mi novio, y juntos descartábamos las ideas disparatadas y le dábamos alas a las ideas más coherentes. Al final, soy una persona muy soñadora pero también muy metódica, y he comprobado que no hay nada mejor que un buen método para cumplir tus sueños 🙂

Así que volvemos a la isla dos años después, con la certeza de que mil cosas han cambiado desde entonces, pero me quedo con que ahora no puedo dejar de sonreír.

Último sprint antes de vacaciones

Y nada, seguimos con nuestro ritmo maratoniano de estudio, a lo que mi novio ahora le ha sumado su búsqueda de trabajo, que por el momento no ha dado ningún fruto. Por mi parte, sigo haciendo el curso de Angular de Max, y ya volvemos a estar en un puntito en el que empiezo a liarme y a no entender nada… y eso que sigo en la sección 2 de 13 (components & data binding). Pero bueno, yo no desisto…

Sé que la razón principal por la que aprender Angular me cuesta muchísimo es porque necesito un conocimiento nivel experto de JavaScript. Y lógicamente, no lo tengo. Todavía.

Para reforzar mi conocimiento de JS he empezado otro curso.La verdad, me alegro de no haber empezado a aprender JavaScript con este curso. El profesor se nota que sabe muy bien de lo que habla, pero no profundiza bien en las nociones básicas, cosa que noto porque las cosas que debería de explicar en profundidad, las comenta por encima. Afortunadamente, yo ya las sé, así que me sirven para repasar. Pero quien empiece desde cero con él, posiblemente querrá tirarse por la ventana.

Aquí un ejemplo de un comentario de frustración de uno de sus alumnos…

Hablando de esos comentarios, tengo la impresión de que casi nadie abre las sección de Q&A de udemy para resolver sus dudas… porque prácticamente ninguna respuesta tiene ‘’likes’’, y lo típico es que si lees alguna respuesta que te ha servido de ayuda, le des a ‘’like’’, igual que lo haces en Facebook cuando algo te gusta, o igual que se hace en StackOverflow cuando algo te ha sido útil.

A mí las respuestas de la sección de Q&A me dan la solución al 90% de mis dudas. Y además, a veces son divertidas, como estas…

Ya he llegado a la sección de las ‘’promises’’, las cuales me están confundiendo a base de bien. Pero hasta el profesor admite que para él fue todo un reto entenderlas al principio, cuando él empezó a aprender programación.

Así que todos tenemos que empezar de cero alguna vez, y si el profesor ha llegado donde está, yo también puedo hacerlo. Tan sencillo como eso. Basta de barreras. Yo ya no las tengo.

¡Seguimos adelante!

«Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza»

– Anónimo